La piel es un órgano que se encarga de protegernos de todos los agentes externos dañinos, como los elementos químicos, radiaciones, infecciones, etc. Además, regula la temperatura corporal y la perdida de agua.

La piel está compuesta de tres capas:

  • Epidermis: capa exterior de la piel
  • Dermis: capa intermedia
  • Hipodermis: Capa más interna de la piel

La piel de la cara es un gran indicador de nuestro estado de salud, además de ser la parte más expuesta y visible, esto la convierte en la más propensa a sufrir agresiones de los agentes externos. Es por estop por lo que es muy importante utilizar protector solar diariamente, ya que nuestro rostro esta continuamente expuesta al sol y a los rayos UV.  

Existen muchos tipos de bloqueadores solares que se clasifican según el tipo de protección. Los bloqueadores solares dermatológicos los podemos encontrar en crema o en spray.

Protectores solares dermatológicos:

Filtros inorgánicos: reflejan la luz impidiendo que los rayos penetren (requieren de reaplicaciones frecuentes)

Filtros orgánicos: funcionan absorbiendo la radiación ultravioleta, captando la energía y transformándola para que sea inocua para la piel (son los más utilizados).


No utilizar protector solar podría aumentar el riesgo de sufrir cáncer en la piel, para esto es importante conocer el tipo de radiación UV y el FPS de cada protector.

FPS

Es el grado de bloqueo del protector frente a las radiaciones UVB (responsables del desarrollo del enrojecimiento y quemaduras de la piel). El número de protección multiplica el tiempo de permanencia al sol de la piel sin que esta sufra daños, ejemplo:

Piel sin protección: hasta 15 min expuesta al sol sin enrojecer (150 min)

Piel con FPS 10: 15 veces más (225 minutos)

Piel con FPS 20: 15 o 20 veces más (300 minutos)


Te recordamos que, a pesar de utilizar un protector solar adecuado, te recomendamos que evites la exposición al sol por un tiempo prolongado.